En el nombre de Allah, Clemente, Misericordioso
EL ZAKÂH
Es la Contribución social obligatoria que deben pagar los musulmanes ricos sobre sus bienes para ser distribuida entre los pobres.
Para que los bienes de un musulmán sean deducibles tienen que reunir dos condiciones:
1- El nisâb que es el mínimo imponible a partir del cual se deduce el zakâh.
2- El haul que es el tiempo de tenencia, es decir el período que se cuenta para deducir el zakâh y consiste en doce meses lunares.
Alabado sea Allah, la única divinidad. La paz y las bendiciones de Allah sean con el Profeta Muhammad, su familia y compañeros.
Lo que me impulsó a escribir este breve ensayo fue el gran deseo de exhortar a los musulmanes a que paguen el zakâh y cumplan con esta importante obligación. En la actualidad, el zakâh es descuidado por muchos musulmanes que no respetan las condiciones legales establecidas para su pago, a pesar de saber que es uno de los cinco pilares del Islam y que sin su cumplimiento la religión del musulmán no está completa.
El Profeta dijo: “El Islam está construido sobre cinco pilares: El testimonio de que no hay divinidad con derecho a ser adorada más que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, la observancia de la oración, el pago del zakâh, el ayuno del mes de Ramadán y la peregrinación a la Casa Sagrada.’’ Hadîz Sahîh2[2]
2[2] Hadîz transmitido por una cadena continua de narradores fidedignos.
El zakâh es uno de los preceptos más claros que evidencian la nobleza del Islam y su interés por el bienestar de quienes lo profesan. Cumplir con este pilar del Islam tiene muchos beneficios, ya sea para quienes lo pagan como para los pobres que lo reciben. |
El zakâh enriquece y purifica el alma del creyente apartándola de la avaricia y el egoísmo y embelleciéndola con las virtudes de la nobleza, la generosidad y la solidaridad.
Dice Allah en el Sagrado Corán:
(Toma [¡Oh, Muhammad!] de sus bienes una limosna [zakâh] para expurgarles y purificarles con ella.) [El arrepentimiento 9:103]
Allah bendice y agracia a quienes pagan el zakâh concediéndoles prosperidad en esta vida y duplicándoles la recompensa en la otra.
Allah dice: (Di [¡Oh, Muhammad!]: Ciertamente mi Señor concede abundante sustento a quien quiere de Sus siervos y se lo restringe [a quien Le place]. [Y sabed que] Todo lo que deis en caridad Él os lo restituirá, pues Él es el mejor de los sustentadores.) [Los sabeos 34:39]
El Profeta dijo en un Hadíz Qudsi 3 [3]: “Allah dice: “¡Oh, hijo de Adán! Sé caritativo con los demás que Nosotros lo seremos contigo.”
3[3] Dicho de Allah relatado por el Profeta que no pertenecen a la revelación divina del Sagrado Corán.
Allah advierte severamente a quien por avaricia no paga el zakáh o paga menos de lo debido, y dice:
(¡Oh, creyentes! En verdad muchos de los rabinos y monjes se apropian sin derecho de los bienes de los hombres y les desvían del sendero de Allah. A aquellos que atesoren el oro y la plata, y no contribuyan por la causa de Allah anúnciales [¡Oh, Muhammad!] un doloroso castigo. El Día del Juicio lo que atesoraron se tornará incandescente por el fuego del Infierno, y sus frentes, sus costados y sus espaldas serán marcados con ello. [Y se les dirá:] Esto es lo que atesorasteis, sufrid ahora su castigo.) [El arrepentimiento 9:34,35]
Todo poseedor de riquezas que no pague el zakâh correspondiente por ellas será castigado el Día del Juicio.
El Profeta dijo: “Quien posea oro o plata y no pague el zakâh correspondiente por ello será golpeado el Día de la Resurrección con láminas ardientes que serán calentadas con el fuego del Infierno. Sus costados, su frente y su espalda serán cauterizados con ellas. Cada vez que éstas se enfríen serán recalentadas nuevamente y se le volverá a golpear con ellas durante un día cuya duración será de cincuenta mil años. Así hasta que se juzgue entre los siervos y entonces sepa si su destino será el Paraíso o el Infierno.”
Luego aclaró que este Hadîz 4[4] abarca también los dueños de camellos, vacas u ovejas que no paguen el zakâh correspondiente por ellas. Hadîz Sahîh
4[4] Término con el que se designa todo dicho, acto y aprobación del Profeta Muhammad transmitido como una tradición profética. Plural Ahâdîz
También fue transmitido en otro Hadîz Sahîh que el Profeta dijo: “A quien Allah le conceda riqueza y no pague el zakâh por ella, el Día del Juicio se le aparecerá una serpiente repulsiva con dos manchas sobre sus ojos que se le enroscará alrededor del cuello y le dirá: Yo soy tus riquezas, yo soy lo que atesoraste.” Luego recitó la siguiente aleya:
(Que no crean los que mezquinan lo que Allah les ha concedido por Su gracia que es un bien para ellos. Al contrario, es un mal. Todo lo que escatimaron lo tendrán alrededor del cuello el Día del Juicio. A Allah pertenece la herencia de cuanto hay en los cielos y la tierra. Allah está bien informado de lo que hacéis.{ [La familia de ‘Imrân 3:180]
El zakâh se extrae de los siguientes bienes: los granos y frutos que da la tierra, el oro y la plata, el ganado que pace suelto y las mercancías. Éstos bienes deben alcanzar una cantidad mínima determinada llamada nisâb a partir de la cual se debe pagar el zakâh, de lo contrario el zakâh no es obligatorio.
El nisâb del grano y los frutos es de cinco uasaq. El uasaq equivale a sesenta sâ‘, y cada sâ‘ son cuatro puñados que se miden llenando las dos manos a la vez de un hombre de contextura mediana. Es decir que el nisâb establecido por el Profeta para dátiles, pasas, trigo, arroz, cebada y similares es de trescientos sâ‘.
Si el cultivo es irrigado naturalmente por las lluvias, los ríos u otro medio sin costo alguno, se debe pagar el 10 %.
Si el riego implica algún costo, como por ejemplo la utilización de norias o bombas hidráulicas, se debe pagar sólo el 5 %. Así nos lo fue transmitido del Profeta en un Hadîz Sahîh.
En cuanto al nisâb de los camellos, vacas y ovejas, el mismo está especificado detalladamente en los Ahâdîz que nos han sido transmitidos del Mensajero de Allah referente al tema.
Cabe aclarar que de no haber sido que me propuse tratar brevemente el tema habría mencionado el nisâb de cada clase de ganado para mayor provecho. Quien esté interesado en conocerlo no tiene más que preguntar a los juristas islámicos.
El nisâb de la plata es de 600 gramos y el del oro de 90 gramos.
Quien posea esta cantidad de oro y/o plata durante un año, debe pagar el 2,5%.
En cuanto al incremento que puedan experimentar los bienes que alcanzan el nisâb durante el año que debe transcurrir, no es condición que pase un nuevo año para pagar el zakâh por ello sino que al concluir el año de la propiedad inicial, el zakâh se debe pagar por el total. De igual forma se calcula el zakâh del ganado, es decir que no se debe esperar que transcurra un nuevo año para pagar el zakâh por las crías sino que al concluir el año del número de cabezas original se debe calcular el zakâh sobre el total de cabezas.
Lo mismo que se aplica al oro y a la plata se aplica al papel moneda que se usa en la actualidad, ya sea que se llame dirham, dinar, dólar o tenga otro nombre, siempre que su valor alcance el nisâb de la plata o del oro y transcurra el año.
Lo mismo ocurre con las alhajas de oro y plata, ya sea que estén destinadas al uso personal, al ahorro o al comercio.
El Profeta dijo: “Quien posea oro o plata y no pague el zakâh correspondiente por ello será golpeado el Día de la Resurrección con láminas ardientes…” El resto del Hadîz ha sido mencionado anteriormente.
En otro Hadîz se narra que el Profeta le preguntó a una mujer que vestía dos brazaletes de oro: “¿Pagas el zakâh por ellos?’’ La mujer le respondió: No. Entonces él le dijo: “¿Acaso te gustaría que el Día del Juicio Allah te pusiese a causa de ello dos brazaletes de fuego?” Y la mujer se quitó sus brazaletes y exclamó: Ahora son para Allah y Su Mensajero.
También fue trasmitido que Umm Salamah solía ponerse joyas de oro y le preguntó al Profeta al respecto: ¡Oh, Mensajero de Allah! ¿Acaso Allah me castigará si no pago el zakâh por mis joyas? Y el Profeta respondió: “Quien pague el zakâh por sus bienes cuando corresponda no será castigado.”
En cuanto a las mercancías, las mismas se deben valorizar al final del año y pagar por ellas el 2,5% del valor total, indiferentemente sea éste igual, inferior o superior al valor original.
Esto es debido a que Samurah en un Hadîz que narra dice: “El Mensajero de Allah nos ordenaba pagar el zakâh de todos los bienes que disponíamos para el comercio.”
Lo mismo ocurre con los terrenos, los edificios, los vehículos y cualquier otra clase de bienes dispuestos para el comercio.
En cuanto a los inmuebles en alquiler, el zakâh se paga sobre los alquileres obtenidos después de transcurrido el año, no sobre el valor del inmueble. Con respecto a los vehículos que son de uso personal no se paga zakâh por ellos.
Es importante aclarar que cualquier persona que tenga dinero ahorrado que alcance el nisâb por el período de un año debe pagar el zakâh, cualquiera sea la finalidad de ese ahorro: para la manutención de su familia, para contraer matrimonio, para la compra de una vivienda, para el pago de una deuda o para cualquier otro propósito. Esto es debido a que los fundamentos del zakâh indican la obligación de su pago aún en estos casos, y la opinión más fuerte de los juristas es que las deudas contraídas no son un impedimento para el pago del zakâh.
Los sabios sostienen que los bienes de los huérfanos y los discapacitados mentales también están sujetos al pago del zakâh, siempre que alcancen el nisâb y transcurra el año, pero son los tutores quienes deben deducirlo y pagarlo en nombre de ellos.
Esto es debido a que el Profeta dijo en el Hadîz que narró Mu‘âdh cuando lo envió al Yemen: “Allah les ha ordenado dar parte de sus riquezas en caridad, la cual se debe tomar de los ricos para ser distribuida entre los pobres.”
El zakâh es una obligación impuesta por Allah, y no está permitido dárselo a quien Él no ha designado como su beneficiario legítimo. El zakâh no se debe pagar con el fin de obtener un beneficio, impedir un perjuicio personal, proteger el propio dinero o evitar ser recriminado. Por el
contrario, el musulmán tiene la obligación de entregar el zakâh a sus destinatarios por ser ellos los beneficiarios legítimos y no por otra razón, además debe pagarlo con sinceridad y con agrado. De este modo librará su conciencia y se hará merecedor de una inmensa recompensa.
Allah ha establecido en Su Libro Sagrado los beneficiarios del zakâh. Dice :
(Ciertamente el zakâh es sólo para los pobres, los menesterosos, los que trabajan en su recaudación, aquellos que [por haber mostrado cierta inclinación por el Islam o haberlo aceptado recientemente] se desea ganar sus corazones, la liberación de esclavos, los endeudados, la causa de Allah, y el viajero insolvente. Es un deber prescripto por Allah, y Allah es Omnisciente, Sabio.) [El arrepentimiento 9:60]
Con la mención de estos dos atributos divinos al final de la aleya, Allah quiere remarcar que Él es Quien mejor conoce a Sus siervos y sabe quien realmente merece recibir el zakâh y quien no, y que todo lo que legisla y decreta lo hace con sabiduría aunque ésta escape a la comprensión de los hombres, por ello se debe someter y confiar en Sus preceptos.
Ruego a Allah nos agracie a todos con el conocimiento de Su religión, la sinceridad en Su adoración y el empeño para realizar las obras que Le complacen, y Le imploro nos preserve de cometer todo aquello que cause Su ira. Ciertamente Él está cerca de Sus siervos y todo lo oye.
Texto extraído del libro «El Zakâh y El Ayuno»