Con Sheij Taha Fathy Hendy
Alabado sea Allah y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.
Y con una nueva reflexión sobre los últimos 10 días del sagrado y bendito mes de ramadán, son de los mejores y más beneficios días del año.
Rogamos a Allah, Enaltecido sea, que nos conceda su indulgencia y haga que seamos de los que ha embellecido con la misericordia y el perdón más bellos, elevado de categoría en este bendito y sagrado mes y les concedió la recompensa de los divinos, amén.
Nuestra reflexión de hoy la titulamos: ninguna obra prosperará hasta que no pongan en orden tus asuntos ¿qué significan estas palabras? Significan que aunque el ser humano pasará toda su vida haciendo buenas obras, pero su interior está invadido por la hostilidad y el odio hacia alguien, esas obras no serán aceptadas porque nuestro amado profeta (sws) dijo: ((El musulmán es aquel de cuya lengua y manos están a salvo los musulmanes)), y dijo, en el famoso hadiz: ((por esa puerta va a entrar un hombre de los moradores del paraíso)). Cuando los compañeros del profeta (sws), que Allah esté complacido con ellos, le siguieron para averiguar el motivo, descubrieron que no hacía nada extraordinario, simplemente cada noche se acostaba con el corazón libre de cualquier pizca de odio por cualquier musulmán.
El Noble Corán describe las características de la gente del paraíso diciendo: “Y los que creen y practican las acciones de bien – y no obligamos a nadie sino en la medida de su capacidad – ellos son los compañeros del Jardín donde serán inmortales. Quitaremos el rencor que pueda haber en sus pechos, los ríos correrán a sus” Al-Aráf: 42-43
Así es la gente del paraíso, no alberga rencor en sus pechos, así es la ummah del profeta (sws) sobre todo en estos últimos 10 días. El primer deber y más importante del ser humano es limpiarse su interior de odios, de rencor, de hostilidad y de envidia porque todo eso invalida las obras durante este bendito y sagrado mes, sobre todo en los últimos 10 días.
El mes de ramadán requiere de nosotros una reformulación, es decir que la persona repase las obras que haya durante el mes para averiguar si han estado adulteradas por la falta de sinceridad o algo de rencor. Por eso, decimos que el derecho más fundamental de la hermandad en el islam es tener un corazón limpio, porque la hermandad es sublime y Allah le concede una gran recompensa. El día del juicio final, todos los hermanos y los amigos que comparecerán serán enemigos, exceptos los virtuosos, aquellos que limpiaron sus corazones y sus pechos unos para los otros. Por eso, antes de iniciar los últimos 10 días de ramadán y esforzarnos para cosechar buenas recompensas, deberíamos preparar el clima para recibir esas recompensas, y eso se consigue limpiando los pechos del rencor, del odio, de la hostilidad y reconciliarse porque la persona que renuncia a algo por amor a Allah, Allah le recompensa con algo mucho mejor.
El profeta (sws) era la persona más tolerante, tenía odio a nadie, no le gustaba que alguno de sus compañeros tuviera rencor por otro, es más cuando uno de sus compañeros le dijo a otro una palabra, él dijo: ((eres una persona que tiene todavía algo de la época preislámica)). Se refería a ese estado de ignorancia espiritual en el cual la persona tiene odio. Un corazón sano es el grado mínimo de la hermandad y el máximo es el altruismo, pues Allah dice: “y en la creencia, aman a quienes emigraron a ellos y los prefieren a sí mismos, aun estando en extrema necesidad. El que está libre de su propia avaricia…Esos son los que tendrán éxito.” La concentración: 9
Se trata de ese altruismo sobre el cual el profeta (sws) dijo: ((ninguno de vosotros creerá hasta que quiera para su hermano lo que quiere para sí mismo)), así que en una sociedad así es imposible que haya una persona que tenga odio por su hermano. Por eso antes de emprender esos últimos 10 días, cada uno de nosotros debe limpiar su corazón y debemos reconciliarnos los unos con los otros, saber que esta vida es efímera y que las diferencias que podamos tener son cosas del alma que ordena el mal y de satanás.
Rogamos a Allah que limpie nuestros pechos, haga que seamos de los que se encontrarán con sus hermanos recostados en lechos unos enfrente de otros, debajo de los cuales corren ríos, después de que Allah les quitara el odio que pueda haber en sus pechos. y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.