Esta semana ha finalizado el primer reparto de alimentos de 2014 realizado por el Centro Cultural Islámico de Valencia entre los vecinos de los distritos de Torrefiel, Benimaclet y Mestalla.
Se han repartido cerca de 19 toneladas de alimentos de primera necesidad (18.939 kg), tales como pastas, legumbres, leche, conservas, aceite, harina, etc, y se han atendido a unas 250 familias, siendo el número aproximado de beneficiarios de alrededor de 900 personas.
Se trata de una ayuda desinteresada y solidaria, que resulta posible gracias a que la Unión Europea estableció este sistema de ayudas alimentarias. En España se canaliza a través de Cruz Roja y toda una red de organizaciones no gubernamentales que son quienes realmente gestionan los repartos a la población, y de la que el Centro Cultural Islámico de Valencia forma parte desde hace más de seis años.
De este tipo de ayuda resultan beneficiadas aquellas personas que viven con ingresos inferiores al 50% de la renta per cápita nacional (22.700 euros), y que por lo tanto, son consideradas pobres, y no se hace distinción por motivos tales como la cultura, la religión o la nacionalidad, por lo que en el CCIV se atienden a personas de países como Perú, Honduras, Argentina, Sierra Leona, Nigeria, Guinea, Egipto, Italia o Portugal, por nombrar solo algunos. Es de destacar que en los últimos repartos, el colectivo más numeroso de personas que reciben ayuda del banco de alimentos es el de españoles.
Normalmente son tres los repartos que se llevan a cabo durante el año, y suponen un gran despliegue de voluntarios y voluntarias que se movilizan para que toda la ayuda esté disponible de una manera fácil y eficaz para ocasionar las menores molestias posibles a los receptores de alimentos. Además, desde el Centro Cultural Islámico se han llevado los alimentos hasta casa a aquellas personas discapacitadas o enfermas que así lo han solicitado, por tener dificultad para desplazarse hasta nuestras instalaciones para recogerlos.
La gestión del banco de alimentos supone una gran inversión de tiempo y trabajo, porque los expedientes de los beneficiarios se deben enviar con una antelación de tres meses a Cruz Roja, y también tras el reparto, por lo que existe un gran control sobre los alimentos y los destinatarios de los mismos, como no puede ser de otra manera, al tratarse de una ayuda proveniente de fondos públicos.
El Centro Cultural Islámico de Valencia se hizo distribuidor de esta ayuda desde su vocación de servir a los demás y su convicción de la necesidad de ayudar a paliar sus necesidades y carencias. Forma parte de la esencia y de los principios de actuación del CCIV el trabajar desinteresadamente por el bienestar de las personas, su dignidad, respeto y la igualdad y solidaridad entre todas ellas.