Con Sheij Taha Fathy Hendy
Alabado sea Allah y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.
Con una nueva guía sacada del Noble Corán, del sura de al-baqarah (La vaca), aleya 131-132 en las que dice Allah, Glorificado y Altísimo sea: “Cuando su Señor le dijo: ¡Sométete!. Dijo: Me someto al Señor del universo .Abraham ordenó hacer lo mismo a sus hijos varones, y también Jacob: ¡Hijos míos! Allah os ha escogido esta religión. Así, pues, no muráis sino sometidos a Él”.
Cuando Allah, Glorificado y Altísimo sea, dio en el sura de la vaca mencionó al profeta Abraham, que la paz sea con él, como el modelo exitoso de la representación en la tierra, dejó claro que el pilar fundamental de ese éxito es la sumisión de ese profeta que la paz sea con él, ante Allah, Altísimo sea, es decir someterse a la voluntad de Allah. Quizá nosotros, como musulmanes que somos, observamos esa sumisión incondicional ante Allah, Altísimos sea, en las prácticas de la peregrinación que fueron prescritos a manos del profeta Abraham, que la paz sea con él. ¿Qué significado tiene circunvalar la kaaba siendo esa de piedra; hacer la carrera ritual entre As-Safá y Al-Marwa que son también de piedra; lapidar a satanás con siete guijarros uno a uno o las tres yamarát? Todas estas prácticas nos dan una característica segura de que el modelo exitoso como representante en la tierra debe ser totalmente sumiso a las ordenes de Allah, Altísimo sea, y que esa sumisión es la base del éxito y la prosperidad en esta vida. El musulmán sometido a Allah tiene que ser un ejemplo único en sus éxitos, como representante en esta tierra y en su misión para poblar la tierra, en verdad a las palabras de Allah: “Cuando su Señor le dijo: ¡Sométete!. Dijo: «Me someto al Señor del universo”. La siguiente aleya habla de una transmisión hereditaria de esa sumisión y cómo el profeta Abraham, que la paz sea con él, la legaba a sus hijos: “Abraham ordenó hacer lo mismo a sus hijos varones, y también Jacob: ¡Hijos míos! Allah os ha escogido esta religión. Así, pues, no muráis sino sometidos a Él”. Con esa percepción, se legaban unos a otros los responsables de la representación en esta vida, y así es su sumisión a Allah y la transmisión hereditaria para poblar la tierra.
La aleya que la sigue cuenta un episodio real: “؟Fuisteis, acaso, testigos de lo que dijo Jacob a sus hijos varones cuando iba a morir ؟A quién serviréis cuando yo ya no esté?” . Quería estar seguro de lo que les legaba, no quería dejarles en herencia dinero ni inmuebles sino la sumisión a Allah, esa religión, entonces se tranquilizó cuando le contestaron: “Dijeron: Serviremos a tu Dios, el Dios de tus padres Abraham, Ismael e Isaac, como a un Dios Uno. Nos sometemos a Él”. Entonces Jacobo se tranquilizó como lo fue su padre Isaac y su abuelo Abraham, que la paz sea con ellos. Así es el mensaje claro, no dejamos en herencia a nuestros hijos dinero o bienes mundanales antes de dejarles esta religión y esta sumisión a Allah, Dios de los mundos. Rogamos a Allah que nos registre entre los musulmanes, los que se encomendaron a Él y sometidos a Él, así los elevó de rango, los protegió, los honró, es más les empleó para asumir la misión en esta tierra, y que la paz y las bendiciones de Allah sean con nuestro amado profeta Muhammad, su familia, sus compañeros y todo aquel que siga su ejemplo.